miércoles, 7 de abril de 2010

Mi tren...

Mi tren, el tren que yo conduzco no tiene destino fijo. Voy pasando por ciudades, pueblos, aldeas…antes me detenía en todas y cada una de las estaciones que encontraba en mi camino, esperaba pacientemente por si algún pasajero llegaba tarde, le daba un tiempo. Pero ahora en cambio, cambié las reglas. Ahora sólo paro en aquellas estaciones en las que hay alguien esperando en el andén. Ya no pierdo el tiempo esperando por si a algún pasajero se le hizo tarde para coger el tren, porque si realmente quería subirse a ese tren no le importará correr hasta la siguiente estación para subirse a él. Porque mi tren tiene un destino aún por decidir pero nunca vuelve atrás, nunca vuelve a pasar dos veces por la misma estación, es la única regla establecida.

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