jueves, 25 de septiembre de 2008

¿Razón o corazón?

Esta es la pregunta que más me he hecho a lo largo de toda mi vida: ¿Razón o corazón?. ¿A qué debo obedecer? No sé si hacerle caso a lo que me dice mi cabeza, que es lo que debería hacer para ser sensata...o hacerle caso más bien a lo que me dicta mi corazón, que es lo que quiero hacer. A mi parecer la razón es deber y el corazón, querer. Pues bien, esta es una questión que nunca llegaré a conocer la respuesta adecuada. En mi caso, he decir que casi siempre me guío por lo que el corzón me dice. Pero como me equivoco tantas veces y tan a menudo, termino por pensar que debería hacerle más caso a la razón que al corazón.

Es por eso quizás que me va tan mal en el amor, me dejo guiar demasiado por el corazón. Esta claro que en el amor, no tiene lugar la razón, pero a veces es recomendable utilizarla para evitar pasarlo mal. Quiero decir que si antes de enamorarme de alguien pensara las cosas fríamente, si tengo posibilidades o no, si es el momento, el lugar, el chico que me conviene...si pensara todas esas cosas, alomjor no tendría que lamentarme tanto después.

Pero al fin y al cabo, yo soy yo y soy así. No voy a cambiar, ni pienso hacerlo. Si soy una tonta enamorada del amor y sólo sé pensar con el corazón, quizás sea una inocente...pero eso sí, con esperanza, que es lo último que se pierde. Porque ante todo, soy una persona positiva y aunque sea más sentimental que racional, esta es mi identidad y mi personalidad... Tampoco creo que esté mal que haya gente en el siglo XXI que siga creyendo en el amor, que tenga ilusión y esperanza por conseguir sus metas y que vea el mundo desde una perspectiva positiva. Yo soy una de ellas...y estoy orgullosa de serlo.

Por lo tanto, tengo la respuesta a la pregunta planteada: Corazón. Si todos tuvieramos un poquito más de corazón y sensibilidad...el mundo funcionaría mejor: seríamos más generosos con los que más lo necesitan, habría paz y desapareceráin las guerras, no habría pobreza ni hambre... y el mundo sería gobernado por el mejor gobernador: el Amor.

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